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Aspaym señala que muchos negocios incumplen las exigencias mínimas
La accesibilidad está lejos de ser una garantía para los jiennenses

La accesibilidad a muchos establecimientos en Jaén para las personas con discapacidad o movilidad reducida está lejos de estar garantizada. Carlos Linares, presidente de la Asociación de Personas con Lesión Medular y otras Discapacidades Físicas (Aspaym), advierte de que hay una gran cantidad de negocios que no cumplen con la ordenanza vigente con respecto a la accesibilidad en los mismos y se lamenta de que esta situación no se controle con mayor rigor en la capital jiennense.
Así, Linares recalca que, respecto a los edificios privados y negocios, parece que ahora se dan licencias para abrirlos “sin revisar la accesibilidad de los mismos”. Según explica, la Ordenanza Municipal de Accesibilidad, incluso el Decreto Ley de la Junta Andalucía, obliga a que, ya sea licencia nueva o de reforma, se tiene que tener en cuenta la normativa para su concesión.
“En los últimos meses, hemos visto como se han abierto negocios en los que se inauguraron a prisa y corriendo y nadie se ha dado cuenta de que se abrió (incluso con una licencia) sin ninguna accesibilidad para las personas con discapacidad o movilidad reducida”, subraya Carlos Linares.
Entre las algunas de las exigencias mínimas que se recogen en el Documento Técnico sobre el Decreto Andaluz de Accesibilidad, están, en primera instancia, el acceso al interior, el cual debe estar “al mismo nivel de la cota exterior siempre que sea posible. La entrada se comunicará, al menos, con un itinerario accesible fácilmente localizable y con las plazas de aparcamiento situadas en el exterior del edificio”.
Asimismo, el documento también contempla la exigencia en la comunicación entre cada planta y no se considera “parte de un itinerario accesible a las escaleras mecánicas, rampas mecánicas, tapices rodantes, a las puertas giratorias, a las barreras tipo torno y a aquellos elementos que no sean adecuados para personas con marcapasos u otros dispositivos técnicos”.
Respecto a los aseos, apunta que deben contener un lavabo y un inodoro entre los que no haya obstáculos, no barrido por las puertas, y comunicado con un itinerario accesible, donde se pueda inscribir una circunferencia de 1,50 metros de diámetro.
Por otro lado, según la Ordenanza Municipal, y aunque el presidente de la asociación pide un mayor control por parte del Ayuntamiento en las obras privadas que se realizan en la capital, el documento indica que, desde la Oficina Municipal de Accesibilidad, se “realizará el control en accesibilidad únicamente de las obras municipales que se realicen mediante proyecto”.
Respecto a los edificios públicos, Carlos Linares afirma que la gran mayoría de ellos están bien adaptados para las personas con discapacidad y movilidad reducida. Eso sí, señala que hay algunos que cumplen la normativa “por los pelos”.
El principal problema que Linares destaca es que solo se tiene en cuenta la discapacidad física, pero “en ninguno de ellos se contempla la discapacidad visual, auditiva o cognitiva”. “Por desgracia, esto no solo ocurre en Jaén, sino que esta situación se da también en muchas capitales de provincia que tienen organismos públicos. Ellos hacen una rampa, se puede entrar y ya se piensan que el edificio está adaptado, pero no es así”, dice.
Respecto a esto, Linares confiesa que, desde que Aspaym empezó a funcionar, observa que hay un gran interés por parte del Ayuntamiento en mejorar dentro de esta materia en la capital.
Así, Linares recalca que, respecto a los edificios privados y negocios, parece que ahora se dan licencias para abrirlos “sin revisar la accesibilidad de los mismos”. Según explica, la Ordenanza Municipal de Accesibilidad, incluso el Decreto Ley de la Junta Andalucía, obliga a que, ya sea licencia nueva o de reforma, se tiene que tener en cuenta la normativa para su concesión.
“En los últimos meses, hemos visto como se han abierto negocios en los que se inauguraron a prisa y corriendo y nadie se ha dado cuenta de que se abrió (incluso con una licencia) sin ninguna accesibilidad para las personas con discapacidad o movilidad reducida”, subraya Carlos Linares.
Entre las algunas de las exigencias mínimas que se recogen en el Documento Técnico sobre el Decreto Andaluz de Accesibilidad, están, en primera instancia, el acceso al interior, el cual debe estar “al mismo nivel de la cota exterior siempre que sea posible. La entrada se comunicará, al menos, con un itinerario accesible fácilmente localizable y con las plazas de aparcamiento situadas en el exterior del edificio”.
Asimismo, el documento también contempla la exigencia en la comunicación entre cada planta y no se considera “parte de un itinerario accesible a las escaleras mecánicas, rampas mecánicas, tapices rodantes, a las puertas giratorias, a las barreras tipo torno y a aquellos elementos que no sean adecuados para personas con marcapasos u otros dispositivos técnicos”.
Respecto a los aseos, apunta que deben contener un lavabo y un inodoro entre los que no haya obstáculos, no barrido por las puertas, y comunicado con un itinerario accesible, donde se pueda inscribir una circunferencia de 1,50 metros de diámetro.
Por otro lado, según la Ordenanza Municipal, y aunque el presidente de la asociación pide un mayor control por parte del Ayuntamiento en las obras privadas que se realizan en la capital, el documento indica que, desde la Oficina Municipal de Accesibilidad, se “realizará el control en accesibilidad únicamente de las obras municipales que se realicen mediante proyecto”.
Respecto a los edificios públicos, Carlos Linares afirma que la gran mayoría de ellos están bien adaptados para las personas con discapacidad y movilidad reducida. Eso sí, señala que hay algunos que cumplen la normativa “por los pelos”.
El principal problema que Linares destaca es que solo se tiene en cuenta la discapacidad física, pero “en ninguno de ellos se contempla la discapacidad visual, auditiva o cognitiva”. “Por desgracia, esto no solo ocurre en Jaén, sino que esta situación se da también en muchas capitales de provincia que tienen organismos públicos. Ellos hacen una rampa, se puede entrar y ya se piensan que el edificio está adaptado, pero no es así”, dice.
Respecto a esto, Linares confiesa que, desde que Aspaym empezó a funcionar, observa que hay un gran interés por parte del Ayuntamiento en mejorar dentro de esta materia en la capital.