Está usted en: Noticias -> Actualidad

La juez considera al Ayuntamiento de Pulianas (Granada) responsable del accidente

30.000 euros a un joven con 'huesos de cristal' que se cayó en la calle

A Raúl Gálvez, un joven que padece una rara enfermedad conocida como 'huesos de cristal', le encanta el verde, el color de la esperanza con la que él afronta cada día. Tiene 27 años, vive en Pulianas (Granada), y su principal deseo es poder desplazarse sin riesgos en la silla de ruedas eléctrica que necesita para moverse.

Vive arropado por sus padres, Alfonso e Irene, en una de las casas de la Avenida Huerta de San Antón, una vía para él casi intransitable, en la que hace ocho años sufrió una terrible caída por la que será ahora indemnizado con 30.000 euros más intereses.

El accidente ocurrió el 26 de junio de 2004. Raúl, que había salido a dar un paseo, volcó con su silla a pocos metros de su casa por culpa de las barreras arquitectónicas de la calle. Sus padres, entonces, cansados de luchar en los despachos, decidieron iniciar acciones legales contra el Ayuntamiento. Su caso aterrizó en la mesa de la titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo 2, que a finales del pasado mes de marzo les dio la razón.

La sentencia dictada, a la que ha tenido acceso este diario y que ha sido recurrida por el Ayuntamiento de Pulianas, decidió condenar al Consistorio por considerarlo responsable del accidente. La magistrada cree que la caída en la que el frágil joven se fracturó un codo por varios sitios (tuvo que ser operado y requirió casi un mes de hospitalización) se debió "a un deficiente funcionamiento de los servicios públicos", que Raúl "no tiene el deber jurídico de soportar".

"Queda constatada la evidente existencia de un funcionamiento irregular de los servicios públicos", subraya la sentencia, que apunta a la Administración local como única responsable. En este contexto, recuerda que es el Ayuntamiento el que "ostenta la competencia y responsabilidad en materia de seguridad y mantenimiento de las vías urbanas, en la ordenación del tráfico y personas en las mismas, así como respecto a la instalación y conservación en ellas de las adecuadas señales y marcas viales".

Se da la circunstancia de que los padres de Raúl, desde que se mudaron a vivir a Pulianas -antes vivían en La Chana-, no habían parado de reclamar que se acondicionara la calle, que se rebajasen los bordillos y que se quitasen los obstáculos que existían en las aceras (árboles y farolas). De hecho, como señala la jueza, el Ayuntamiento "tenía conocimiento de la existencia de estas barreras arquitectónicas desde hace años, al estar advertido mediante los numerosos escritos de queja de familiares y vecinos que reclamaban una solución desde varios años atrás".

Lo cierto es que, a raíz del accidente, el Consistorio ha rebajado algunas de las esquinas y ha quitado el árbol que, colocado en mitad de su acera, cada día tenía que sortear el joven. Pero Raúl considera que esas actuaciones no han sido suficientes, ya que sigue teniendo que circular con mil ojos por la calzada cada vez que recorre la calle para acceder a una parada de autobús que es prácticamente inaccesible para él, informa el diario "Granadahoy".