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Jaume Marí, presidente de ASPACE

"La convergencia de entidades es uno de los deberes pendientes"

Las entidades no tirarán la toalla, “no podemos cerrar”, asegura el presidente de ASPACE. Sin embargo, la situación es muy delicada y a menudo se solventa gracias a la implicación del personal. Cuando hubo vacas gordas, no se dedicaron los esfuerzos necesarios, ahora, los recortes están ahogando al pueblo, asegura.

A esta situación se añaden dos temores, que la nueva ley de discapacidad sirva para reconocer los recortes que ya se están aplicando, y el temor de ver cómo las entidades mercantiles entran en el mundo de los servicios sociales, sin tener en cuenta que las entidades de la discapacidad, sin ánimo de lucro, tienen además una historia y un valor añadido.

¿Cómo sobrevive ASPACE a la actual situación de crisis?

Como confederación hay unos problemas de mantenimiento y estructura, pero también es verdad que la confederación como tal no mira sus problemas sino los problemas de las entidades a las que se debe. Y ahí sí que hay diversas suertes.

Tenemos entidades muy tocadas, con regulaciones de empleo, con personas que hace seis meses que no cobran... Ahí lo que hacemos es todo el apoyo que soliciten las entidades, desde el apoyo institucional, al apoyo de búsqueda de soluciones económicas, lo que nos pidan. Estamos a su disposición. En este momento hay que aunar esfuerzos y arrimar el hombro con todas las entidades que están sufriendo porque además nosotros somos entidades de servicios y no podemos desaparecer.

¿No ha desaparecido ninguna entidad, por pequeña que sea?

No. Bueno, desapareció una muy pequeña en Lugo, efecto de la crisis por supuesto, pero la incidencia fue menor, porque se encargaba de atenciones complementarias a los servicios regulares y ordinarios y otras entidades recogieron esos servicios.

Sí conozco otras discapacidades que han sufrido la desaparición de entidades, o entidades que han sido absorbidas, o están en periodo de absorción.

Creo que una de las cosas importantes que con mucho acierto ha planteado el CERMI es la convergencia de entidades, es uno de esos deberes que teníamos pendientes desde hace mucho tiempo y que hay que ir planteando. Igual que el CERMI es una entidad fuerte en cuanto a su influencia, su trabajo, su visión institucional, al final nos hemos puesto todos de acuerdo en que esto sea así y creo que de este momento de crisis y de esta situación podemos salir, si al final acabamos siendo sinceros entre todos y colaborando entre entidades que a lo mejor hace unos años no se conocían.

¿Qué expectativas tienen las entidades de lograr que les paguen las deudas?

Aquí hay un par de cuestiones. La primera es que las expectativas para 2013 no son muy buenas. Digan lo que digan, aunque posiblemente la economía pueda tener un punto de inflexión en este año, a nosotros no nos va a llegar hasta no se sabe cuándo. También teníamos brotes en 2009, o sea que ahora dudamos de cualquier información que no dependa de acciones directas del Gobierno y en este caso, como sabemos que esto depende de las fluctuaciones económicas del mercado, mañana les coge un constipado y a nosotros nos llega una gripe, a todos. Entonces, todas estas previsiones que hacen el ministro y demás, las pongo en cuarentena.

Por un lado, las previsiones no son muy buenas. Por otro, y esto lo digo por mi comunidad autónoma y por todas las comunidades, parece ser que no es una política demasiado acertada que el Gobierno central vea la deuda de las comunidades como una deuda que no le corresponde. Ahora quienes nos deben más dinero son las comunidades autónomas y creo que si el Gobierno central no repercute las mejoras de los intereses y de los plazos de la deuda sobre las comunidades, al final acaba también repercutiendo en nuestras entidades, y con deudas que van a ser cada vez más grandes. Creo que la deuda de la administración no ha llegado todavía al tope.

El ahogo de las comunidades acaba siendo un ahogo del pueblo, de las personas que estamos en servicios sociales, de las que están en el paro, de las personas que necesitan cualquier servicio de atención sanitaria, educativa, etc.

¿Y apela usted a la responsabilidad del Estado?

Sí. Hace un par de meses nos reunimos con el ministro Montoro, y con Ana Mato, y el ministro se comprometió en público a que hiciéramos una recogida de esa deuda, con nombres y apellidos; el CERMI se va a encargar de recoger los datos y de enviarlos al ministerio, y desde allí se encargarán, de alguna manera, de presionar a las comunidades para que hagan el pago prioritario a nuestras entidades.

Me parece una buena acción, pero de todas maneras, en general, se debe ser más consciente de que no se nos puede apretar mucho más.

Ahora voy a hablar de mi comunidad. En Cataluña, la Generalitat debe a todas las entidades una mensualidad entera de todos los servicios. Cualquier entidad nuestra no va a aguantar otra, y veo más que probable que de aquí a junio tengamos otra situación, en la Generalitat de Cataluña, de no liquidez, con lo cual tenemos bastante miedo con el tema. Estamos intentando buscar todas las soluciones para que no haya ningún impago más.

Con tantos impagos, ERES, recortes y otros problemas ¿cómo se mantienen estas entidades tan necesarias para las personas con parálisis cerebral?

Ahora es un momento en el que volvemos a tirar de las familias, y las familias están muy tocadas, ya sabemos lo que hay, casi 6 millones de parados, y como la precariedad económica está tan generalizada… La pérdida de poder adquisitivo en estos años de crisis ha sido brutal.

Y en temas de RSC, por ejemplo, ¡estamos todas! Nos encontramos todas haciendo labores de captación de recursos, y ahora es un momento en el que todas las entidades se están espabilando para recoger recursos privados, las empresas están muy tocadas y el pastel es el que es.

La previsión a corto plazo del panorama económico no la veo muy bien. Soy optimista y creo que saldremos de ésta, y pienso que solamente la vocación de nuestras entidades y el servicio directo a las personas con discapacidad será lo que pueda lograr que esto tire para adelante.

¿Hasta dónde nos vamos a empeñar? Pues hasta todo. Es que no podemos cerrar, es que no hay manera. Nuestras entidades no pueden tirar la toalla.

¿Consiguen mantener los servicios con calidad o ya se ha registrado algún problema en este sentido?

Con suerte diversa, según las entidades. Cuando se hace una regulación de empleo, o cuando se hace cualquier recorte en nuestras entidades, hay una merma de calidad. Con menos recursos no se pueden hacer las mismas cosas. Creo que en algunas entidades, donde los retoques son mínimos, la implicación del personal hace que eso se pueda paliar y al final no se note. Pero hablamos de algunas entidades que llevan seis meses de impagos, por ejemplo, o recorte del 10 por ciento de personal, y eso es mucho personal, y nuestras entidades están dedicadas a las personas con más afectación, que son las que más recursos necesitan y las que menos han conseguido, porque como necesitamos tantos recursos, lo mismo hemos completado un 50 por cien de lo que necesitamos, y eso parece mucho, pero es sólo la mitad.

Seguramente en otras discapacidades y en otros ámbitos de los servicios sociales están en un grado superior. Claro, si habíamos conseguido un 50 por cien, y ahora nos recortan… es como lo que decimos en el CERMI, si no habíamos llegado aún a tener lo que queríamos y a la hora de recortar, mira dónde estamos.

¿Opina entonces, como el CERMI, que fueron los últimos en llegar y los, primeros en salir?

Es totalmente acertado. Y cuando ha habido vacas gordas no se han dedicado todos los esfuerzos a que hubiera unos servicios sociales en el grado necesario, sobre todo en las entidades de la discapacidad. Había entonces quien decía que la Ley de la Autonomía Personal era desmesurada, pero yo creo que en aquel momento no se estaban dedicando los recursos económicos que se tendrían que haber dedicado.