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Lesionados medulares se deslizaron 180 metros por una tirolina sobre el Tajo

Volar no entiende de barreras

Volar sobre el Tajo. Disfrutar de las vistas de la ciudad Imperial y de la naturaleza. Romper una barrera más con una actividad que, a priori, podría parecer irrealizable. Seis chicos y chicas ingresados en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo por lesiones medulares se deslizaron  sobre el río en un viaje de más de 180 metros a 18 metros de altura.

Lo hicieron gracias a la tirolina instalada en el Puente San Martín. Una instalación que funciona en la capital regional desde el pasado mes de junio y por la que han pasado miles de usuarios, informa "La Tribuna de Toledo".

Una larga lista a la que se sumaron estos jóvenes que aprovecharon para celebrar el Día de la Discapacidad. Todo surgió a propuesta de Brenda, una de las pacientes, quien escuchó hablar hace unos meses de la tirolina. «Me pareció muy interesante y pensé que nosotros también podíamos hacerlos», explicaba a escasos metros de la instalación, mientras miraba con cierta envidia sana, a algunos de sus amigos. Ella no pudo utilizarla ayer por recomendación médica pero lo hará en cuanto tenga el OK.

Ocio como terapia.

Todos aprovecharon esta actividad para enviar un mensaje de normalización. «Cuando nos miran deben vernos a nosotros, no a la silla, porque de esta experiencia disfrutamos igual con y sin ella», explicaban. Un mensaje al que se sumó el responsable del servicio de Rehabilitación Complementaria del centro hospitalario, José Miguel López, quien explicó que la iniciativa está enmarcada en la promoción del ocio inclusivo.

Un concepto que no termina, por otro lado, de convencer al equipo que lidera José Luis. «Nos gusta hablar de normalización porque para incluir a alguien debe estar fuera y no creemos que esto ocurra con las personas con lesión medular», apunta.

El servicio de Rehabilitación Terapéutica, detalla, cuenta con un programa permanente de actividades relacionadas con la animación sociocultural, las de biblioteca, el deporte o la formación no regalada, pero también desarrolla actividades extraordinarias que van desde el piragüismo, hasta la handbike, alguna excursión o algo tan cotidiano como ir al cine y de compras. «Lo que queremos es alcanzar la cotidianidad», insiste.

La propuesta de cruzar el Puente de San Martín en tirolina es un paso más que ayuda a avanzar, aprecia, en este sentido, aunque siempre requiere el visto bueno de los médicos.

Fotos del momento.

Mikel fue uno de los primeros en probar la sensación de volar sobre el río y también en repetir, aunque no el único. Su compañera Najwa destacó por expresar más nervios que ninguno, comentando que «siento mariposas en el estómago, como si estuviese enamorada», bromeó.

Su hermana Marian grabó, con la tableta, en todo momento la experiencia y un poco más tarde aprovechó también para disfrutar del viaje. Además hubo fotos para todos.
Junto a los pacientes estuvieron otros familiares, algunos amigos y también monitores y trabajadores del centro hospitalario. «Todos somos iguales y todos disfrutamos juntos de estos momentos. Lo que decimos, normalidad», recalca José Luis.