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El próximo 17 de abril

Usuarios y profesionales saldrán a la calle por el futuro de Parapléjicos

El futuro del Hospital Nacional de Parapléjicos desvela cada día a más usuarios y profesionales, que terminaron constituyéndose en plataforma para defender la actividad «de un centro sanitario de referencia» que afronta un momento complejo.

Por tanto, el colectivo y la junta de personal del centro han decidido convocar una «manifestación nacional», que se celebrará el 17 de abril, para defender el futuro de este hospital, pedir al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) que ponga en marcha distintas medidas encaminadas a mejorar la atención y a mantener una actividad adecuada a las distintas patologías.

La manifestación, prevista para la seis de la tarde, comenzará en el Hospital Nacional de Parapléjicos y terminará en el Hospital Virgen de la Salud. Con esta iniciativa la plataforma y la junta de personal pretenden realizar una llamada de atención a la administración dada «la incertidumbre sobre el futuro» de un centro que ha sufrido el cierre de una unidad de rehabilitación, «la anulación de camas en distintas unidades con el fin de mantener las estadísticas ocupacionales» o, sin ir más lejos, el traslado de los laboratorios al Complejo Hospitalario de Toledo y despidos de trabajadores.

Al respecto, José Luis Párraga, miembro de la plataforma, considera necesario «la eliminación de trabas administrativas y políticas al ingreso de pacientes con lesión medular y otras patologías neurológicas». En este caso, la plataforma alerta de la disminución de pacientes por motivos económicos dada «la negativa de las comunidades autónomas a derivar pacientes a Parapléjicos por ahorrar, pero no se tiene en cuenta al lesionado medular».

Párraga asegura que Andalucía es una de esas regiones que no está dispuesta a derivar pacientes «a pesar de que ellos sí quieren venir a Toledo a pasar las revisiones». Por tanto, considera necesario que el Gobierno Central conozca la situación y el Ministerio de Sanidad «tome las medidas oportunas» para eliminar los impedimentos y las trabas administrativas, puesto que este centro sanitario ha sido declarado recientemente «hospital de referencia».

más iniciativas. La Plataforma de Usuarios y Profesionales en Defensa del Hospital Nacional de Parapléjicos no descarta tomar nuevas medidas de presión tras la manifestación del 17 de abril, pero primero quiere concentrarse en esta convocatoria para obtener buenos resultados. Incluso se está valorando la posibilidad de remitir un escrito a la comisión de sanidad del Congreso que, según explica Párraga, «ya animó un día a contar lo que estaba pasando en este hospital».

El colectivo lleva meses manteniendo reuniones con la gerencia del centro sanitario para intentar conocer más de cerca los planes de la administración y los pasos que dará para mantener la actividad, pero Párraga asegura que «no tiene las ideas claras» sobre su futuro ni sobre el traslado al nuevo edificio del complejo hospitalario.

Sin embargo, tanto los usuarios como los profesionales siguen preguntándose «qué ocurrirá con el edificio actual», si habrá más especialidades o, simplemente, si el hospital contará con unidades de atención suficientes. Cuestiones que aún no tienen respuesta a pesar de la insistencia del colectivo, según explica Párraga. Tampoco la administración les ha aclarado sus «decisiones unilaterales» en relación al despido de trabajadores que no han contado con una negociación sindical.

La plataforma ve con preocupación la futura mudanza porque sabe de antemano que las nuevas instalaciones dispondrán de 180 camas como máximo cuando en las actuales la capacidad es de 230 como máximo. Pero la rebaja en el número de camas también preocupa por la progresiva anulación de algunas de ellas que demuestra, según la plataforma, «la incapacidad, el fracaso en dotar de actividad al hospital o bien otros intereses ocultos en el devenir cercano».

Por tanto, esta plataforma exige a la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales y al Sescam «que indiquen el número de pacientes que pueden ser atendidos actualmente y el número de camas reales en el edificio de reciente construcción». Unas instalaciones que «todavía permanecen desiertas», apunta Párraga preocupado.