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La clave está en un complejo mecanismo en el estómago que regula la producción de grelina

Descubren cómo calmar el apetito sin ingerir alimentos

Calmar el apetito sin necesidad de ingerir alimentos. Puede parecer algo imposible, pero especialistas del Instituto de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) han descubierto, tras un estudio en roedores, la existencia de un complejo mecanismo en el estómago que regula la producción de grelina (la conocida como hormona del hambre), inhibe el apetito y puede ser controlada farmacológicamente.

El trabajo supone un nuevo paso dentro de la línea de investigación seguida desde hace años por este grupo, dirigido desde Santiago de Compostela por el doctor Felipe F. Casanueva, y centrada en el papel del estómago como órgano endocrino capaz de regular el apetito. Demuestra así la relevancia de la comunicación gástrica cerebral como vía esencial de regulación del peso.

La investigación, publicada en el número de noviembre de la revista «Plos One», ha merecido el premio a la mejor comunicación oral en el 26º Congreso de la Sociedad Gallega de Endocrinología, Nutrición y Metabolismo. Liderado por la doctora Luisa María Seoane, es fruto de una colaboración internacional con el equipo del doctor Uberto Pagotto, de la Universidad de Bologna, líder mundial de la investigación en canabinoides.

El trabajo demuestra como el tratamiento con compuestos derivados del sistema canabinoide, concretamente el Rimonabant bloquea los receptores canabinoides CB1 en el estómago, lo que es interpretado por sensores presentes en las células gástricas como una señal de saciedad al cerebro que responde disminuyendo la ingesta.

El Rimonabant es un «viejo conocido» comercializado en el 2006 como una prometedora terapia contra la obesidad por presentar un potente efecto reductor del apetito. Posteriormente, en el 2008, fue retirado del mercado por sus efectos adversos a nivel central, ya que algunos pacientes presentaban episodios de depresión asociados a su uso.

«A pesar de la polémica que desató la retirada del fármaco, el trabajo que ahora publicamos reabre la puerta a nuevas terapias con derivados canabinoides en la batalla contra la obesidad. Precisamente el nuevo mecanismo encontrado demuestra un efecto beneficioso de este medicamento sobre el control del peso corporal y propone que el desarrollo de fármacos de características similares, con acción exclusiva sobre el estómago, podría evitar efectos adversos en el sistema nervioso central», sostiene la doctora Seoane.

Posible vía de estudio contra el cáncer

Además, se ha demostrado que uno de los componentes del mecanismo gástrico descubierto, la vía intracelular de mTOR/S6k1, está directamente involucrada en ciertos tipos de cáncer. De hecho, en los últimos tiempos se están ensayando distintos inhibidores de este eje como posibles terapias efectivas en diversos tipos de tumores cancerígenos, como mama y riñón.

«El efecto modulador de los derivados canabinoides sobre esta vía de señalización a nivel gástrico constituye, por tanto, un hallazgo que podría ser relevante en el estudio de otras patologías relacionadas con la obesidad como el cáncer», apunta la doctora Luisa María Seoane. Una línea de investigación que está centrando en los últimos tiempos buena parte de los trabajos que acomete el CIBERobn en toda España.

Después de estos primeros hallazgos preclínicos y en colaboración con el servicio de cirugía digestiva del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), «el siguiente paso será abordar el estudio de cómo se encuentra afectado este novedoso sistema regulador en casos de obesidad, concretamente tomando muestras humanas de estómagos procedentes de individuos sometidos a cirugía bariátrica», concluye la doctora Seoane.